domingo, 1 de febrero de 2009

Bienvenida a la rayita...


No se sabe si sea bienvenida, o es el inconveniente de que su punto vértice se encuentre justo a la altura de la cadera, donde suele llegar la cobertura del pantalón que deja ver de mejor modo la delgadez del abdomen.

Las pretinas han venido a menos, porque parece ser que se ven anticuadas, lo que deja el territorio de la cintura hasta el principio del trasero, como campos puestos a la luz del día. Pero en dado a los límites ser muy ambiguos y tan débiles que incluso, ha habido guerras por ello entre naciones. ¿Por qué entonces habrían de ser rígidas en el dorso de una dama?

El culto a la figura. La cadera es tal vez una de las cartas de presentación de toda chica; porque no me explico de otra manera el que rehuyan a utilizar pantalones flojos al más puro estilo de Tintán. Han de ser pegaditos, han de ser estrechos, a tal punto que parezcan mallas. Y eso trae el inconveniente.

Todo el mundo a menudo necesita sentarse y agacharse para alcanzar cosas que los brazos no llegan a cubrir. Pero no olvidemos que el pantalón apenas cubre aquello para lo que fue diseñado; pero no siempre se estira. Es por ello que la sutil rayita se asoma por encima del pantalón… a veces tímida y en ocasiones más atrevida. Pero en las más de las oportunidades, la mano viene a realizar el rito oportuno del agache, colocándose en esa zona por si de pronto el pantalón –que no puede más- osara rendirse. Esto con todo movimiento… ya se pare, se agache, se acueste, la suban a los hombros, la levanten con los brazos… tan necesario como abrir los ojos para ver.

¿Es tolerancia? Parece que sí; los pantalones no cambian en su estrechez. Y no se ve siempre la rayita como un inconveniente, como el “ser indeseable” de las usanzas nuevas que la sociedad se encarga de titular con todas esas feas letras. Ha de ser tratada cordialmente como se merece, como los tobillos que hubieron recibido ciudadanía hace algunos siglos, como las rodillas y las bubis que ya tienen tiempo saludando al astro rey.

Tenemos nueva ciudadana; bienvenida a la rayita…


Simplemente GABE...